El amor no se supone que sea una adicción. No se supone que te deje sangrando.
Kona empujó, Keira tiró y en su estela dejaron atrás la destrucción.
Ella sacrificó todo por él.
No fue suficiente.
Pero las heridas del pasado nunca se pueden olvidar y todavía la llama permanece, dormita entre el placer del ayer y la idea de lo que podría haber sido.
Ahora, dieciséis años más tarde, Keira regresa a casa para enterrar a la madre que la traicionó, al igual que Kona intenta aferrarse a lo que queda de su carrera en la NFL con los New Orleans Steamers. Al otro lado del bullicio de un concurrido Mercado Francés, sus caminos se chocan, evocando los olvidados recuerdos de un toque lento, de la piel contra piel y del fuego que sigue ardiendo pidiendo ser reavivado.
Cuando Kona se da cuenta de la triple traición: la suya, la de Keira y de esas mentiras para mantenerlos separados, su vida cambia de manera irrevocable y él, una vez más, toma a Keira con él en el fuego que amenaza con inflamarlos a ambos.
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