Cambié mi muerte por amor. No se me dio una opción. Su decisión se ha puesto al día con nosotros, así que ahora soy un ser vivo, siendo la catalizadora de la guerra entre el Cielo y el Infierno.
Las violaciones cometidas me salvaron la vida. Desde la colisión, él ha aparecido en todas partes. En mi cuarto de hospital, en mi escuela, hasta en mi casa. Él aparece en mis pinturas, mis dibujos, en todos mis proyectos de arte. No puedo dejar de pensar en él.
Dice que su nombre es Gabriel y él no entiende lo que le está pasando. Él no sabe cómo puedo verlo ni por qué él me quiere de una forma que deben ser imposible para un Celestial.
Mi obsesión crece. Necesito que me abrace, que me bese, que me de todo de sí mismo. Por cada día que me protege, las consecuencias se vislumbran más oscuras y más altas. Pronto, ellos se estrellan sobre nosotros.
La guerra está a punto de comenzar
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