El diagnóstico de una enfermedad crónica del estómago deja al Sargento Jed Cooper, de treinta y dos años de edad, con otra opción que llamar a su carrera del ejército. Luego, en las polvorientas calles de Kirkuk, una emboscada que va trágicamente mal diezma su equipo y él regresa a los EE.UU. con una pierna destrozada y el recuerdo de su mejor amigo muriendo en sus brazos.
La vida en su soñolienta ciudad natal resulta intolerable hasta que encuentra consuelo en una cabaña junto al lago con el joven y vivaz carpintero, Max O'Dair. A la sombra de la epilepsia que le aqueja periódicamente a Max, él y Jed forman un vínculo tácito. Después de un episodio en la noche, Jed se da cuenta de lo mucho que Max significa para él y la vida le ha enseñado a no perder el tiempo.
Sin embargo, las líneas entre la alegría y la complacencia son borrosas. Las cosas ocultas salieron a resurgir para arrancar a través de su mundo y antes de que puedan reparar el daño, la muerte viene a llamar de nuevo. Los rostros del pasado y del presente, se reúnen alrededor de ellos para capear el temporal, pero en poco tiempo, se quedan sólo con el amor.
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