domingo, 11 de mayo de 2014

Alpha de Jasinda Wilder



La primera vez que sucedió, parecía un milagro imposible. Los gastos se acumulan, que suman más dinero de lo que podía hacer. Las facturas del hospital de mamá. Matrícula de Mi hermanito. Mi matrícula. Alquiler. Electricidad. Todo ello en mis hombros. Y, mientras, yo había perdido mi trabajo. No había esperanza, no hay dinero en mi cuenta, no hay trabajo encontrado. Y entonces, justo cuando pensaba que había perdido toda esperanza, encontré un sobre en el correo. No remite. Mi nombre en el frente, mi dirección. En el interior había un cheque, mi nombre en él, por la cantidad de diez mil dólares. Lo suficiente como para pagar las cuentas y dejarme algo para vivir hasta que encontré un trabajo. Lo suficiente como para dejar que me concentre en las clases. No había ningún nombre en el cheque, sólo "VRI Inc.", y una casilla de correo de algún lugar de la ciudad. No dejo identidad o el motivo del control o cualquier cosa. No se menciona la amortización, los intereses, nada ... excepto una sola palabra, en las notas de la línea: "Tú." Sólo esas dos letras. 

Si usted recibe un cheque misteriosa, con el dinero suficiente para borrar todas sus preocupaciones, ¿lo cobrarías? 

Yo lo hice. 

Al mes siguiente, recibí otro cheque, de nuevo de VRI Incorporated. Es también contenía una sola palabra: "Me Perteneces". 

Un tercio de verificación, el mes que viene. Esta vez, dos palabras. Tres letras. "A mí". 

Los controles seguían llegando. Las notas se detuvieron. Diez mil dólares, cada mes. Una chica se acostumbra a eso, realmente rápido. Se me permite pagar las facturas sin endeudarme. Voy a mantener mi hermanito en la escuela y el cuidado de hospital de mamá pagado. ¿Cómo se deja lo que parece ser dinero gratis, cuando estás desesperado? No lo sabes. No lo hice. 

Y luego, después de un año, alguien llamó a mi puerta. Una limusina negra y elegante se sentó en la acera en frente de mi casa. Un conductor se paró frente a mí, y hablaba siete palabras: "Es el momento de pagar tu deuda." 

¿Los has entendido? 

Yo lo hice. 

Resulta que los 120.000 dólares no eran gratis.

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