Charlie debe estar empacando sus maletas para la universidad, pero la vida por delante no es una de la que esté segura de que ella quiera. Tal vez, eso es lo que la llevó a dormir con un perfecto desconocido en la feria del condado. Enterarse de que él trabaja en la feria era como ganar la ronda de bonos del peor juego del mundo.
Blue creció en el carnaval, nunca quedándose en ningún sitio el tiempo suficiente para llamarlo hogar. Él nunca pensó en sí mismo seduciendo a una local y mucho menos enamorarse de una, pero su impulsividad sacó lo mejor de él esta vez. Él debe ir a donde el carnaval lo lleve pero, por primera vez, no está seguro de si quiere seguir.
Cuando él toma la decisión de quedarse, Charlie lo sigue con entusiasmo por la madriguera del conejo; en un mundo sin tener en cuenta las consecuencias o el pesar. Por encima de todo, él le muestra que el hogar no es un lugar, es un sentimiento que se puede crear y compartir. Por un precio. Debido a que cuanto más alto la montaña rusa va, más rápido todo se viene abajo.
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