Graciela Harper pensó que deshacerse del fantasma de Anne Bonny sería el primer paso para poner todos los problemas de su pasado detrás de ella. Tal vez, las cosas saldrían bien con Beauregard Drayton, el encantador alcalde de Heron Creek. Tal vez, ella, su prima Amelia y sus amigos de la infancia, Melanie y Will, podría encontrar una manera de volver a la cómoda amistad que definió su vida.
Pero cuando el fantasma de Glinda Davis, por mucho tiempo la peluquera peculiar de la ciudad, pone fin a la consumación de la relación de Gracie y Beau, Graciela sabe que su vida ha cambiado para siempre. El fantasma insistente en arrastra a Graciela en un mundo que sólo ha visto en los shows de la televisión, uno lleno de destiladores ilegales y política provinciana que se resuelven por los cuerpos entererrados, no por las conversaciones amistosas.
Graciela tiene que averiguar exactamente lo que el espíritu de Glinda requiere para esquivar a los diablos, pero cuanto más se profundiza en el pasado de la mujer, más peligros se filtran en el presente. Mientras Graciela se acerca más a las respuestas que busca, ella empieza a preguntarse si ella va a resolver un asesinato en el proceso o morir en el intento.
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