Días agotadores, noches salvajes y el duro murmullo de acero entre sus muslos ...
Esa es una vida bien vivida, de acuerdo con los Perros del Desierto, los cuatros amigos que se hacen llamar Fortuity, Nevada, su casa en los páramos.
Vince Grossier es el auto-coronado rey fuera de la ley de por aquí. Pero, cuando el astuto y nuevo alcalde de Fortuity les invita al desarrollo de un casino de la ciudad, la codicia no se queda atrás y se dice que un buen amigo de Vince fue su primera víctima. Cuando la ley hace la vista gorda a la misteriosa muerte, Vince debe buscar su propia justicia. La guapa fotógrafa contratada por los desarrolladores podría ser la clave para descubrir la verdad. Y ella es una tentación demasiado buena para dejarla pasar.
Finalmente libre de un ex controlador, Kim Paget no busca que le tomen el pelo, no en la parte trasera de la moto de algún matón tatuado y, definitivamente, no en su cama. Pero cuando ella descubre la evidencia que soporta las sospechas de Vince sobre el asesinato, Kim debe confiar su seguridad a un hombre cuyo cuerpo amenaza con peligro de una forma totalmente diferente
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