Mi
pene tiene apetito.
Un
enorme y muy particular apetito: Rubio, con curvas, y preferiblemente
no una mentirosa de mierda ... (Aunque, eso es una historia para otro
día.)
Como
un abogado de alto perfil, no tengo tiempo que perder en las
relaciones, por lo que cumplo con mis necesidades de forma anónima
en el chat y durmiendo con las mujeres que he conocido en línea.
Mis
reglas son simples: una cena. Una noche. No hay repeticiones. Esto es
sólo sexo casual. Nada más. Y nada menos. Al menos lo era, hasta
“Alyssa”...
Ella
se suponía que debía ser una abogada de 27 años, una acaparadora
de libro, y completamente poco atractiva. Se suponía que tenía que
ser alguien con la que compartir consejos de leyes tarde en la
noche, alguien en quien pudiera confiar con detalles de mis aventuras
semanales.
Pero
entonces entró en mi firma para una entrevista, una entrevista de
una universitaria en práctica, y todo jodidamente cambió …
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