La admiración de Laurel por su jefe, Shane, se ha ido por la borda en un lugar peligroso: el amor. Ella miraba y lo quería por más de tres años; el tiempo y las mujeres pasa a través de su vida, incluyendo el breve segundo que duro su matrimonio. Las juguetonas travesuras de oficina creadas por frustración, pusieron en marcha la difuminación de las líneas entre ayudante y su empleador. ¿Se detiene allí, o va a Shane poder mostrarle a Laurel que ella no es la única que tiene una obsesión?
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