En un ingenioso, chisporroteante y tierno romance para los lectores de Jill Shalvis y Susan Mallery, una mujer que no puede frenar descubre que el hombre perfecto está pisándole los talones.
Incluso cuando su peluquería se hunde y ella está al borde de la ruptura, Regan Burke mantiene su actitud de “Estoy bien”. Ella ha tenido una vida dura, haciéndole frente a una familia difícil y manteniéndose junta. . . a duras penas. En este momento, ella sólo necesita un trabajo, cualquier trabajo, para poder pagar las facturas médicas de su madre. Es exactamente mal momento para que Carter Scott entre en su vida y siento tan malditamente sexy, tan molesto y tan decidido a acercarse.
Carter no está buscando nada serio, su corazón pertenece a los niños que dependen de su práctica pediátrica, pero algo sobre Regan le hace reconsiderarlo. Tal vez son las cicatrices que ella esconde tan bien, los secretos que ella no puede compartir. Carter sabe todo acerca de ese tipo de dolor y él quiere ayudar. Pero ofreciéndole a Regan un trabajo en su oficina sólo empeora las cosas, incluso si su química está por las nubes. Por suerte para los dos, Carter no trata de dejar de lado al amor sin una pelea.
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