Él piensa que ella es molesta ...
Hugh Prentice nunca ha tenido paciencia para las mujeres dramáticas, y si Lady Sarah Pleinsworth ha sido conocida por las palabras tímidas o retiraradas, hace mucho tiempo que ella las arrojó por la ventana. Además, un imprudente duelo ha dejado a este brillante matemático con una pierna en ruinas, y ahora él nunca podría cortejar a una mujer como Sarah, y mucho menos soñar con casarse con ella .
Ella piensa que él está simplemente loco ...
Sarah nunca ha perdonado a Hugh por el duelo en el que él luchó que casi destruyó a la familia de ella. Pero, incluso si pudiera encontrar una manera de perdonarlo, no importaría. No le importa que su pierna no sea perfecta, es su personalidad la que no puede aguantar. Pero ven obligados a pasar una semana en estrecha compañía y descubren que las primeras impresiones no son siempre fiables. Y cuando un beso lleva a dos, a tres y a cuatro, el matemático puede perder la cuenta, y la señora puede, por primera vez, quedarse sin palabras ...
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