lunes, 17 de noviembre de 2014

Empathy de Ker Dukey



Advertencia: Este libro hace un lío con tu mente. Es una oscura, sexy y trenzada novela romántica. Solamente para mayores de 18 años. 


Blake: 

Soy un hermano 
Soy un detective de la policía 
Soy un asesino a sueldo 
No quiero amar 
Yo no quiero sentir 
No quiero ... empatía. 

Dicen que algunas personas nacen con una disminución de la actividad en el lóbulo frontal causando una deficiencia en la empatía. Tal vez eso es cierto acerca de mí, pero si yo nací de esta manera o creado en un mal momento, la empatía era algo que yo no poseo hasta que sus ojos verdes se encontraron con los míos en el espejo y no pude quitarle la vida. 
Yo no quiero sentir, no quería a esta mujer en mi vida complicando cómo vivo pero ella estaba allí en cada paso. Enviada a atormentarme por mis pecados. Su luz es tan brillante que provocó una sombra en todo el mundo que tocó. Cuando un trabajo se vuelve malo alterando rápidamente mi vida para siempre me veo obligado a sentir. Cuando nada está teniendo sentido me veo obligado a enfrentarme a las verdades que nunca quise recuperar. Cuando la vida te ahoga en su crueldad no sabes en qué dirección la corriente te arrastrará o si vas una vez  más a volver a la superficie. 


Melody: 

Yo era una hija 
Yo era un estudiante 
Fui víctima 
¿Tenía su amor? 
¿He hizo sentir? 
¿Tenía su empatía? 

Cuando las acciones de un desalmado asesino fuerza la tristeza en mis venas jamás soñé que el hombre que curara mis heridas serían el único que dejaría una peor cicatriz. Su amor marcaría mi alma. Las cicatrices son permanentes; Nunca voy a sentir el alivio en ellas. ¿Voy a aprender a vivir con ellas, recordando por qué las tengo y aprendiendo a nunca dejarlo lo suficientemente cerca como para infligir más? ¿Voy a la larga a cubrirlas ... como tatuajes con nuevos recuerdos, nuevo amor y nuevas aperturas? No sabía estas respuestas, porque el dolor era demasiado sofocante, lo único que sabía era que siempre estarán persistentes bajo la superficie. Él tenía cicatrices también, de sus pecados. No hay nada que pueda cubrirlas, eran demasiado profundas, demasiado feas, demasiado oscuras y nos marcan para siempre.

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